Una mujer con siete meses de embarazo y tres menores de edad forman parte del grupo de 31 “balseros” venezolanos detenidos por la Guardia Costera del Caribe Neerlandés la noche del domingo 4 de septiembre, cuando trataban de ingresar de forma irregular a Curazao a bordo de una lancha que partió desde el estado Falcón.
De acuerdo con la información ofrecida por la Red Panamericana y Caribeña de Organizaciones por los Derechos Humanos (PACUHR), organización que apoya a los venezolanos en la isla, en total se trasladaban en la embarcación siete mujeres -incluida una muchacha de 17 años- y 24 hombres -entre quienes se cuentan dos jóvenes de 17 y 13 años.
Las siete mujeres están en libertad, gracias a la intervención de garantes -residentes con estatus legal- que asumen su manutención en Willemstad. En cambio, los hombres permanecen detenidos.
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En el caso de los menores de edad, estarían bajo la protección de una institución gubernamental, aunque los familiares dicen que no tienen mayores detalles sobre su situación.
PACUHR advierte que estos jóvenes están aislados, pues no habrían tenido acceso a asistencia legal. “Ni siquiera el Consulado de Venezuela ha podido conversar con ellos, lo cual atenta contra las leyes internacionales”, denuncian.
La Plataforma de Coordinación Interagencial para Refugiados y Migrantes (R4V) estima que el número de venezolanos en condición de migrantes, refugiados y solicitantes de asilo asciende a más de 6,8 millones. La R4V calcula que en Curazao están 17 mil, lo que representaría más del 10% de la población de la isla.
